Si, ya estoy de vuelta, después de no recuerdo ni cuanto tiempo que tenía esto abandonado, pero la causa está más que justificada, he estado terminando el proyecto fin de carrera que se me estaba haciendo interminable, después de esto me tomé unos días de vacaciones que falta me hacían.
Después de un verano enterito, con días interminables en Alarcos hasta más de las 5:00 de la mañana y días llenos de rabia, estres y mucha envidia (no es fácil ver por la ventana a la gente camino del playa park y de la piscina mientras tu estás "pringao") estoy de vuelta para comunicar que por fin soy ingeniero.
Desde este pequeño rinconcito quiero agradecer a tod@s los que me han apoyado en esos días tan difíciles.
Por otro lado quería comentar que el pasado 6 de Noviembre fue la graduación de la VII promoción de Ingeniros Superiores y la XVII de Ingenieros Técnicos, a la cual como no, estube presente y además fui partícipe de la misma, por culpa de mi "querido" compañero de piso el Sr. David García Fernández el cual me otorgo "a dedo" la responsabilidad de realizar el discurso como alumno.
Tal y como me han pedido algunos, aquí pongo el discurso, para que podaís leerlo.
Hoy tendríamos que estar tristes porque, por mucha insignia que nos entreguen, estamos en una ceremonia de despedida y casi todas las despedidas suelen tener un componente de tristeza, y algunas hasta de amargura.
Pero no lo estamos. Decididamente, no estamos tristes porque ni debemos ni podemos estarlo. Si, es cierto que algunos se marchan de la escuela, de esas paredes que nos han acogido para algunos 5 años y para otros… ni se sabe.
Pero no es menos cierto que tenemos motivos para alegrarnos, la alegría es la sensación que quiero dejaros a todos los aquí presentes en nombre de mis compañeros y compañeras. Por tanto, voy a repasar algunos motivos de alegría, pero prometo ser breve para no cansaros.
Muchos de los que hoy aquí están presentes entramos con 17 o 18 años, hechos unos chavales y chavalas, solo hace falta fijarse en las fotos de RedCampus, hoy algunos ya no conservamos ni el pelo, otros ya tienen la curva de la felicidad…
Aún recuerdo los primeros días en la universidad cuando el típico veterano, aparecía por clase y se acercaba y te decía que si estabas seguro de estudiar informática, y nosotros pobres incrédulos, pensando que no podía ser tan duro como aquel veterano lo pintaba.
Recuerdo también el primer programa en java que sacaba un mensaje por la pantalla, e intentabas explicar a tus padres que todas aquellas líneas con códigos raros hacía eso y las noches interminables con los compañeros haciendo prácticas imposibles, noches en las que el portátil, pizza y litros de café eran inseparables.
Y como no, las fiestas de Santa Tecla, donde algunos descargaban su rabia tirando disquetes y otros votaban al profesor virus y al profesor chip, aunque curiosamente la urna del profesor chip siempre estaba vacía.
También recuerdo la experiencia inversa, cuando tu eres el veterano y llegas a la clase de primero, y observas las carillas de miedo e inocencia de los nuevos alumnos, pero siempre hay uno de los nuevos que yo denomino cariñosamente “El machote” que cree que esto de informática es aprender a manejar el Word, al que escuchas decirle a sus compañeros, ¡¡esto es fácil!! , ¡¡Yo en 3 años tengo la técnica y luego en otro año más hago la superior!! Claro hombre claro, por eso en febrero deja informática y al año siguiente se matricula en magisterio.
En definitiva, todo un cúmulo de experiencias y momentos los cuales hacen que seamos grandes profesionales gracias a ellas y a los estudios en la universidad.
Aquí hemos recibido una parte muy importante de nuestra formación, por lo que en nombre de todos mis compañeros y compañeras, quiero agradecer la labor de todos los profesores y profesoras que han contribuido a ello. Nos han convertido a su modo en algunos casos en profesionales, y a la vez nos han inculcado valores que jamás olvidaremos.
Por supuesto, tampoco podemos olvidar a nuestras madres, padres y familiares, a los que también quiero agradecer sus esfuerzos y sus desvelos para convertirnos en lo que hoy somos, pero también deseo pedirles perdón por los sinsabores que les hayamos dado. Y permitirme que, aun reconociendo la labor de todos, el hecho de que habitualmente los padres son los que trabajan, quiero significar en las madres mi mayor agradecimiento, aunque sólo sea porque, como dice el tópico, “madre sólo hay una”. Gracias especialmente a vosotras.
Por último agradecer la presencia y compañía del Sr. Vicerector y de la Sra. Consejera, pero especialmente a nuestra madrina, Paula Fernández, a la que me une una relación especial, ya que me ha visto crecer y ha contribuido en gran medida a mi formación.
¡Muchas gracias y hasta siempre!
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5 comentarios:
Me has hecho llorar.
Eres mi fans
me ecanta!! es un gran honor ser el artifice de del dedo mágico que te eligio como único poseedor del discurso de graduación
Jajajaja
Este discurso será recordado en la memoria de los allí recién titulados por el resto de los tiempos.
Si quieren ver una burda imitación de este gran discurso:
http://www.americanrhetoric.com/speeches/mlkihaveadream.htm
Simplemente genial, me alegra que fueras tú el elegido a "dedocracia" :-P
Qué más se puede decir... sencillamente genial!!! En ese discurso se han visto reflejadas, en mayor o menor medida, las emociones y sentimientos de todos durante estos años.
Un abrazo, Eclipse ;-)!!!
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