Hay dos tipos de personas. Las que dicen: “No puedo” y las
que dicen: “Puedo”.
El sábado 7 de Julio ante la justicia de los 37ºC que
aguardaban en Valladolid me enfrentaba por segunda vez a un triatlón, pero este
era muy diferente, pasé de la distancia Olímpica a la media distancia (Medio
Ironman)
El despertador sonaba a las 6:30, con casi todo preparado
solo quedaba alimentarse bien, meter las cosas en el coche y poner rumbo a
Valladolid.
Una vez allí, asistí al briefing por aquello de conocer en
detalle el recorrido, número de vueltas, zonas de avituallamiento… a pesar de la cantidad y calidad de los
triatletas, estaba muy tranquilo. Tras recoger dorsales, pulsera ychip. Las coloco
en el casco, bici, portadorsales, … me dirijo a la cúpula del milenio a dejar
la bicicleta y demás material en boxes, repaso material, bolsas, etiquetas identificativas,
todo parece en orden, salgo de la cúpula y ya con José Moreno y su padre como
compañía, nos vamos a un sitio tranquilo a comer y esperar que sean las 16:40
para acudir a la salida. Mientras comemos y nos tomamos un café toda
hidratación es poca, ya que el calor es sofocante y preocupante.
Llegó el momento, nos cambiamos, revisamos material en boxes
y nos vamos a la salida con neopreno, gafas y gorro. El calor aprieta y con el
neopreno puesto nos vamos a la orilla del Pisuerga. Tras algunos problemas de
organización, oficiales de la Fetri y también por nuestra culpa quizás,
estuvimos al sol con el neopreno, alrededor de 20min, sintiendo como por
muñecas y tobillos te vas deshidratando a chorros…
Meternos en el agua, otra odisea, espacio no habilitado para
ello y algunos tuvimos que saltar vallas, piedras para acceder al agua sucísima
del Pisuerga (creo que es lo más valiente que he hecho en mi vida). Dan la
salida y comienzan los golpes y tirones de otros triatletas, decido apartarme
un poco del gentío y mantener un ritmo, la boca me sabe a veces a gasoil, a
veces a cieno, no se me hizo fácil nadar, añadiendo que es mi punto más débil,
salí del agua con un tiempo de 47m19s
Salgo con la bici, y tras meter los pies en las zapatillas,
voy a beber agua y mi bote no está, no sé si me lo han quitado o directamente
lo he perdido en alguno de los badenes del principio del segmento, el caso es
que tocaba ir hasta el kilómetro 27 sin agua. No llevaba ni 5km cuando en un
bache que no vi, doy un llantazo que me hace parar y reparar. Tras llegar al
primer avituallamiento seco y deshidratado, me bebo un bote de agua prácticamente
de un trago, cojo un bote más de agua y otro de sales, y en menos de 1km me
tengo que parar de nuevo, y vomitar el agua que había bebido, tras pasarse la
angustia prosigo la marcha y sobre el km 40 vuelvo a pinchar y todo se va al
traste, no tengo más recambios, todo el mundo me adelanta mientras camino por
el arcén hasta que alrededor de 20minutos más tarde, llega el furgón escoba y
una moto con un oficial, que me pregunta que me pasa y me indica que me suba a
la furgoneta, y es cuando un compañero triatleta que había abandonado me presta
una cámara para reparar el pinchazo. Pese a la insistencia de los oficiales a
que abandone reparo y prosigo con la marcha con el furgón escoba como mi
sombra.
No daba ni un duro por mí en aquellos momentos, estaba vacío
sin fuerzas, tras comer y beber en los siguientes avituallamientos, mi estado
de fatiga ha mejorado algo, pero sigo sin tener claro ni siquiera en llegar a
Valladolid, el calor aprieta y la lógica y la razón me dicen que abandone, pero
la derrota no es una opción y no hay excusa. Adelanto a algunos compañeros que
están a punto de desfallecer y llego a Valladolid con un tiempo de 3h18m37s
Ni lo pienso, dejo la bici, me cambio de zapatillas, dejo el
casco y me dispongo a correr la media maratón, aunque muscularmente no tenía
molestias, estaba vacío y comer o beber algo me daba angustia, 4 vueltas
interminables en las que no bebo prácticamente nada, pequeños sorbos de agua,
sales y nada de comida. No soy capaz de completar ni una sola vuelta sin
pararme y caminar unos segundos, no recuerdo mucho más de la carrera solo que
la última vuelta a pesar de ir solo a Valladolid, los míos estaban conmigo,
cada paso lleva un nombre, la emoción recorre cada centímetro de mi cuerpo y
saboreando cada metro final me planto en la meta con un tiempo que tendré que
mejorar en un futuro. 6h43m21s.
Desde mi pequeño rincón doy las gracias a toda mi familia y a Rocío por su apoyo en mayor o menor grado, por aguantar mis entrenamientos y su soledad mientras yo entreno.
3 comentarios:
Tienes unos güevos mu gordismos, Ramón. Casi tan grandes como tu terquería!
A seguir entrenando y a disfrutar de estas cosas, aunque haya gente que no las entienda ;)
Un abrazo
Muchas gracias Kike, la verdad es que poca gente entiende estas cosas. Un abrazo.
En la vida hay personas que nacen con ciertas facultades para esto o para lo otro, y no, se que no es tu caso. En cambio eres de las personas que te pones una meta y antes o después la consiguen por su constancia por su tesón y fuerza de voluntad y ha esto no hay quien te gane so cabezón.
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