Se que estaba faltando a mis compañeros y lectores del blog al no poner nada acerca de si conseguí completar o no la prueba de fuego. Y es que tengo que reconocer que entre la desgana de ponerme a escribir y el lio del trabajo.
Pero SI!!!!!! la brevet de 600 Km ha pasado a la historia como el reto más exigente que jamás haya realizado.
Recuerdo perfectamente un momento de peligro extremo cuando Andrés y yo que íbamos en cabeza seguidos del resto de participantes, me despisté un segundo mirando al paisaje de la derecha y cuando vuelvo mi vista al frente veo como mi rueda delantera empieza a rozar con el cambio trasero de Andrés. El temido "afilador" había hecho acto de presencia, todo paso rápido, pero no se ni como conseguí mantener el equilibrio y no caer al suelo y provocar una montonera con todos los que venían detrás.
Tras el susto del "afilador" y continuamos la marcha ya en solitario Julian, mi compañero brevetoriano y yo. Ese día fue digno de recordar, sol de justicia, viento, granizo, lluvia y frío todo el mismo día. Dejamos al grupo atrás y partimos en solitario, pero en uno de los cruces nos perdimos Julian y yo y cuando decidimos volver hacia el maldito cruce, el grupo que teníamos detrás nos da alcance y no es que me viniera abajo, pero si que me molestó bastante el hecho de perder tiempo por un error en un cruce.
Después de enlazar con el otro grupo, Julian y yo decidimos guardar fuerzas y quedarnos con ellos y completar el recorrido en grupo.
Hacemos noche en Mora con un dolor de piernas que no quiero ni recordar, después de dormir bastante mal, levantarse a comer algo y montarse de nuevo en la bici era todo un reto.
Atravesamos los montes de toledo y las dificultades montañosas de Horcajo de los montes, calor, viento y tormentas otra vez, el dolor de las zonas donde apoya el sillín empieza ha hacerse insostenible, cada vez paso más tiempo pedaleando sin sentarme en el, hasta que empiezo a notar a falta de 80Km de Puertollano, que algo empieza a escocer por ahí abajo. La piel de las manos empieza a despellejarse y noto adormecimiento en ambas manos y pies, pero principalmente en el pie izquierdo, que en cada parada me lo toco para recordarme que sigue ahí.
Después de creo recordar que 27 horas de pedaleo, llegamos a Puertollano con algo más que 600Km en el cuerpo. Orgullo y satisfacción personal.
En esta ocasión no puedo acompañar un foto del cuentakilómetros, porque en el afilador el imán de la rueda delantera se rompio.
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2 comentarios:
Enhorabuena por el 600, toda una hazaña, a mí ya el 400 me parece un mayúsculo reto, ni te cuento un 600, puffff
Gracias Alex. Como bien dices un reto mayúsculo hacer un 600.
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